Estos días preveraniegos que estamos viviendo por las Rias Baixas hace que el trabajo en la huerta sea intenso y las horas de sol no lleguen a nada. Este es un resumen de los trabajos de los últimos días y del estado actual de la huerta. He arrancado los grelos de Santiago que estaban de ocupas en el bancal de las umbelíferas y liliáceas que ya habían echado flor y en su lugar he plantado unos puerros y unas cebollas que tenía sin desarrollar de la temporada anterior, espero esta vez cojan cuerpo ya que tienen abono en abundancia
En dicho bancal las escarolas ya están bastante creciditas después de unos meses en la huerta, algunas ya han pasado por la cocina.
Las primeras las he cosechado sin atar sus hojas. Ahora he atado un par de pies para comprobar la diferencia en su sabor. En teoría sus hojas, además de blanquearse tiene que amargar menos aunque según dicen tienen menos propiedades alimenticias.
En el mismo bancal he plantado algunas cebollas más.
Las cebollitas que hacen de semilla ya habían comenzado a echar raices en la misma bolsa donde las guardaba.
Este es un aspecto general de dicho bancal.
El mismo bancal desde otro ángulo.
En el bancal de las compuestas, quenopodiáceas y cucurbitáceas he plantado unas lechugas de hoja de roble que amablemente me llegaron desde Tui.
Como dicha lechuga está muy pequeña y débil, como se puede ver en la foto anterior, he trasladado el mininvernadero del otro extremo del bancal a este para proteger a las susodichas lechugas. He aprovechado también que he tenido que cortar el césped, o mejor dicho la hierba, del jardín para hacer un acolchado en la zona donde tenía plantadas las otras lechugas.
Así está actualmente dicho bancal.
También he aprovechado el césped para hacerle un acolchado a las fresas que tengo en el bancal interanual.
En el bancal de las leguminosas y crucíferas los tirabeques y guisantes crecen con normalidad, aún así he tenido que resembrar algunas zonas donde fallaron.
Ya para terminar como se puede ver el bancal de las solnáceas continúia casí como estaba, lo único que he hecho ha sido limpiar un poco las malas hierbas. Espero que los tomates y pimientos no se me echen encima antes de terminar de prepararlo.
En dicho bancal las escarolas ya están bastante creciditas después de unos meses en la huerta, algunas ya han pasado por la cocina.
Las primeras las he cosechado sin atar sus hojas. Ahora he atado un par de pies para comprobar la diferencia en su sabor. En teoría sus hojas, además de blanquearse tiene que amargar menos aunque según dicen tienen menos propiedades alimenticias.
En el mismo bancal he plantado algunas cebollas más.
Las cebollitas que hacen de semilla ya habían comenzado a echar raices en la misma bolsa donde las guardaba.
Este es un aspecto general de dicho bancal.
El mismo bancal desde otro ángulo.
En el bancal de las compuestas, quenopodiáceas y cucurbitáceas he plantado unas lechugas de hoja de roble que amablemente me llegaron desde Tui.
Como dicha lechuga está muy pequeña y débil, como se puede ver en la foto anterior, he trasladado el mininvernadero del otro extremo del bancal a este para proteger a las susodichas lechugas. He aprovechado también que he tenido que cortar el césped, o mejor dicho la hierba, del jardín para hacer un acolchado en la zona donde tenía plantadas las otras lechugas.
Así está actualmente dicho bancal.
También he aprovechado el césped para hacerle un acolchado a las fresas que tengo en el bancal interanual.
En el bancal de las leguminosas y crucíferas los tirabeques y guisantes crecen con normalidad, aún así he tenido que resembrar algunas zonas donde fallaron.
Ya para terminar como se puede ver el bancal de las solnáceas continúia casí como estaba, lo único que he hecho ha sido limpiar un poco las malas hierbas. Espero que los tomates y pimientos no se me echen encima antes de terminar de prepararlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario