sábado, 12 de abril de 2008

Transplantando tomates, lechugas y sembrando más guisantes

Hoy he aprovechado un respiro que me ha dejado la lluvia para transplantar los tomates que había sembrado hace un par de meses. Como hoy no era día de fruto, según el calendario biodinámico, he plantado precisamente los tomates que tampoco los había sembrado en día de fruto. Los restantes los transplantaré la semana próxima en día de fruto, para poder seguir con mi humilde experimento de ver si hay diferencias apreciables entre unos y otros. Les he hecho unos tutores con cañas de bambú cedidas amablemente por mi suegro. La estructura de tutores está sin finalizar, pero la lluvia no dejó tiempo a más. Siguiendo los consejos de mi madre y sus años de huerta, he clavado al lado de cada tomatito unas ramitas de retama, que según ella los protegerá las primeras semanas en caso de que haya alguna nevada nocturna.
Por otro lado también he plantado unas lechugas, amablemente regaladas por mi vecina. Las he plantado en el medio de las que había sembrado yo semanas atrás, ya que estas están poco desarrolladas. Para finalizar, antes de que me cayese un pequeño chaparrón encima, he sembrado unos cuantos guisantes más en el medio de los que ya han brotado, porque a pesar de que están a la distancia que dice el sobrecito de las semillas, a mi me parece que estaban demasiado separados.
Por cierto, ha sido instalar el sistema de riego en la huerta y no parar de llover.

Macetero con los tomates antes de ser transplantados

Excavando hoyo para transplante

Plantando el tomate con un poco de compost

Tomate transplantado

Aspecto del bancal con los tomates

Tomates con ramitas de retama contra las heladas

Bancal con tomates

Lechugas transplanatadas

Siembra de guisantes en el medio de los ya creciditos

No hay comentarios: